Siempre tuve la idea de que el primer libro de Neil Gaiman que leería sería “Coraline”, hay un gato famoso en el libro, hay película del libro, no sé, siempre tuve esa idea.

A Irene de House of Cards le encantó el libro, sutilmente mientras marcaba este libro en Goodreads ella me dijo “Es mi escritor favorito” yo estoy segura que lo que intentó decirme fue “Si destruyes este libro, te mato gato”. Yo lo sé. Y es por su culpa también que el libro me encantó. Porque fuera de broma, el libro está BUENÍSIMO. ¿Se acuerdan que les dije que estaba teniendo problemas para encontrar libros que me satisfagan? El Océano al final del Camino fue una intentó desesperado para mi mala racha se acabara (intentó desesperado lo digo en el bueno sentido), pensé que como todo lo estaba leyendo era en inglés mi cerebro se cansó de procesar tanta palabra rara para él.

Y como disfruté este libro.

Tenía un tiempo considerable sin vivir tanto un libro, cada capítulo que terminaba era simplemente bajar el eReader un ratito, mirar al vacío y pensar “Wow, ¿qué más puede pasar?” y les digo que el señor Gaiman siempre, SIEMPRE encontraba algo que pase. Nos trabaja a la tensión porque desde antes que algo suceda él nos advierte que es lo que podría pasar. Creo que no vivía esta clase de emoción desde Insurgent, ya sé que son libros total, completa, abismalmente diferentes pero la sensación de estar al borde, de releer párrafos enteros porque simplemente crees que eso que está pasando no está pasando, no lo vivía desde hace un tiempo. Incluso llegó un momento en que me dije “Basta, para de leer, ya pasó de todo ¿qué si el final te defrauda?” Y gracias al Hada de los Libros no fue así. Conserva la calidad de toda la lectura.

Ok... Esto es un poco difícil de calificar. Pero haré mi mejor esfuerzo para dar mi sincera opinión:
Antes, tengo 3 puntos que rescato de este libro:

Primero: Aunque he escuchado mucho de este autor, nunca había leído ningún libro de él, así que cuando descubrí esta novela del cual todo el mundo me hablaba, decidí que ya era hora de animarme y leer este libro.

Segundo: La narración es estupenda. El autor domina las palabras de una manera muy especial. Pinta los escenarios de manera magistral, lo cual hace que no sea difícil imaginarse los escenarios.

Tercero: La historia en general es buena. La idea es muy original y hasta ahora no he leído ningún libro con el cual pueda compararlo.

Y ahora, vamos con los aspectos negativos:

Primero: Por desgracia, no me sentí conectada con ningún personaje. Sentí que mi mente divagaba en medio de la historia y que las palabras flotaban alrededor. Por eso, los personajes me parecieron demasiado distantes e inalcanzables, lo cual, para mí, es un gran defecto.

Segundo: Por momentos, me apreció que la narración perdía misterio y por eso, la novela se me hizo un poco larga e interminable. Está bien que la narración tenga descripciones hermosas, pero a veces, esto le resta interés a la historia.

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CONCLUSIÓN: Le tenía altas expectativas a este libro, y lamento no haber podido conectar con la historia. Pero supongo que los demás libros de este escritor me pueden gustar más que éste, así que, sí, sí recomendaría este libro a otras personas pues a lo mejor termina gustándoles más que a mí.

Uno de mis libros favoritos es American Gods, de Neil Gaiman. El océano al final del camino tiene algunas cosas que me lo recordaron, entre ellas figuras que se olvidan cuando no las estás viendo y una luna llena imposible. Sin embargo, este libro es más bien un oscuro cuento de hadas. Es increíblemente triste, no sólo por lo que pasa, sino por lo que supone dejar atrás la niñez que, como todo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Mónica Faerna ha hecho un estupendo trabajo de traducción, algo que no tiene que ser fácil tratándose de un genio como Gaiman. No le doy cinco estrellas sólo porque me recordó demasiado a trabajos anteriores, pero es sin duda un libro estupendo. Y no lo sé seguro, pero me da la impresión de que Gaiman es un amante de los gatos. Fluffy, Océano y hasta Monster son felinos inolvidables en un cuento de hadas encantador.

Una historia que parece tan real como ficticia.
El óceano al final del camino fue una lectura de lo más agradable. Desde el comienzo hasta el fin.
Esta novela de Neil Gaiman logra evocar los recuerdos de nuestra infancia que parecían perdidos entre tantos años. Relata la historia de un joven que vuelve hacia atrás, recordándo todos esos momentos que significaron tanto.

Un hombre adulto que se encuentro volviendo, por circunstancias de un funeral, a su ciudad natal. Recorriendo el lugar, tratando de hallarse conectado de alguna forma. Y ciertamente lo está. El narrador vuelve muchos años atrás en su vida, cuando era solo un niño. Un niño con problemas de niños, pero también con el toque de fantasía que después de todo es como un sello de la niñez.

La historia que se relata sin duda es dificil de resumir. Neil Gaiman, relata son agradable sencillez la vida y los pensamientos de un niño. Al lector le resultará fácil identificarse con esos sentimientos de juegos y aventuras que uno vive cuando es un pequeño.
Pero luego la historia se encamina al terreno fantástico, donde no se revela claramente al lector que es precisa y exactamente lo que está sucediendo. Es una especie de sombra de fantasía, que es en parte realidad y en parte fantasía. Los elementos fantásticos de la novela sobresalen por la creatividad y el estilo que mantienen. Ya que no estan separados por completo de la realidad, se acoplan dando lugar al desarrollo de la historia con naturalidad.

Los personajes son variados. Desde la familia del narrador, que reflejan como se comportan los adultos muchas veces, serios, alejados de la calidez de un niño. Luego están las Hempstock, Lettie, su madre Ginny, y la madre de la misma, abuela de Lettie. Estas mujeres misteriosas que son increíbles personajes en la novela. Gaiman sorprende al poder retratar la sencillez y ese aire misterioso en las Hempstock.

Luego de una dosis de acción bien medida, el libro nos aproxima al final. El final me resulto algo precipitado, como si de repente estuviese soñando y en la mejor parte me hubiesen despertado de un golpe. Mas o menos así. Logra sorprender pero luego cae en otros puntos predecibles. Lo importante es que concluyendo la historia, no solo la que se nos cuenta por medio del narrador, el lector puede quedarse con muchas cosas del libro, mas allá del tema recurrente de la infancia y la adultez, cosas como el valor de la amistad, el deber y sacrificio, la nostalgia, y más.
4/5